Caligrafía aplicada
Los soportes de la caligrafía son infinitos.
El papel de un folleto, de unas cartas, la tapa de un libro o de una etiqueta de vinos, el metal de un anillo o de un envase de alimentos, el soporte digital de una página web o incluso el cuerpo humano pueden ser la superficie ideal para aplicar la escritura.
Cada soporte tiene sus características propias y originales y se combina con la caligrafía para potenciarse mutuamente.